domingo, 10 de febrero de 2008

Peor que el olvido fue frenar las ganas de verte otra vez...

Encuentros y reencuentros...mi presente y mi futuro inmediato están y estarán llenos de ellos...
Reencuentros, por lo general son agradables, tanto si son planeados como inesperados. Volver a mi ciudad trae consigo eso, el hecho de regresar de vez en cuando a una ciudad no muy grande implica reencontrarse con personas que formaron parte del pasado y que intentas por todos los medios que sigan formando parte de tu futuro...o aunque sea de tu presente. Pero a veces la distancia hace más daño a la amistad que al amor. Y cada vez que vuelves alguien más falta, alguien más se ha ido...pero te acostumbras y te alegras de ver a los que todavía quieren desayunar contigo, o ir a tomar algo a la tetería de siempre y hablar como si estos dos años causantes de tantos cambios no hubieran transcurrido.
Pero lo han hecho, han pasado casi dos años desde que salí de aquí para hacerme mi propio espacio en un lugar nuevo, y me he dado cuenta de que ese lugar nuevo también es provisional, aunque sea por decisión propia y no porque tenga que ser así. Yo quiero que sea así.
En estos dos años han pasado muchas cosas, las nubes han ido dejando espacio al cielo azul...en ciertos aspectos, para reunirse más allá en otras parcelas de mi vida que por ahora siguen bajo cielos nublados...son esas realidades de nuestra vida que por mucho que a veces parezcan despejarse vuelven a dejarnos de cabeza cada vez que quieren. Pero bueno, a lo que iba. Mi futuro más cercano se avecina prometedor. Y con destino cercano me refiero al fin de semana que viene.
Aquí entran los ya mencionados encuentros, que no reencuentros, porque son personas hasta cierto punto desconocidas, gente que gracias a la tecnología y al tiempo libre han entrado a formar parte de mi vida. Serán días de encuentros agradables, de despedidas llenas de nos volveremos a ver, de miradas de reojo intentando descifrarte, qué quiere decir cada una de tus miradas, qué significan tus gestos. Esfuerzos insignifcantes por encontrar cada uno la entrada definitiva a la vida del otro. Y así transcurrirán 4 días de sorpresas, emoción, descubrimientos y, seguramente también, alguna decpeción, aunque esta no tendrá más protagonismo del que, por justicia, merezca.
Así que con este esperanzador aunque poco inspirado texto me despido por ahora, hasta que las musas vuelvan a visitarme y pueda volver a emocionar y a transmitir de verdad.

1 comentario:

LuCy dijo...

Me lo he leido... y me ha encantado.
Escribes muy bien.
Saludos