Sí, si todavía lo dudas...tu fuiste ese amor de una noche que se asomaba a mis palabras hace algún tiempo...fuiste ese amor de una y dos noches...hiciste que aquellos días tuvieran un significado inesperado y genial, y eres el culpable directo de este estado de imbecilidad hermosa en el que me encuentro sumido...desde esa noche en la que no pudiste evitar reir al escucharme cantar con más motivación que afinación canciones de Britney al ritmo del alcohol, llenaste un espacio que no sabía que existía...y poco a poco fuiste ocupando cada uno de los rincones de este cajón que llaman Felipe...o pistacho...poco a poco te convertiste en alguien especial, en alguien enamoradizamente genial...
Y las risas, bromas, cervezas, bailes, fiestas, paseos, besos y abrazos que compartimos interpretan el papel protagonista de esta historia...los charcos, la lluvia y los amaneceres de San Sebastián se han convertido en momentos sorpresivamente inolvidables...y esos ojos verdes transparentes, ingenuos y sinceros se han metido hasta el tuétano de mis huesos...tu mirada al abrazarme, tus sonrisas al mirarme, tus besos al quererme...todo se resume en un momento de dulce locura en el que con cariño me tumbas sobre un paso de cebra y te tumbas a mi lado y los dos nos quedamos ahí, cogidos de la mano...mirando a las estrellas dejando de lado dudas, miedos y preocupaciones y pensando en todo lo que tenemos por delante...otra vez amor...otra vez ilusión...otra vez mi sombra y la tuya caminarán de la mano mientras el viento nos golpea al pasar por el peine...al mirarnos sentados en el muro pensando en todo lo que sentimos y todo lo que hemos encontrado...y en todo lo que nos queda por vivir...
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